El Arrepentimiento y El Pecado Original
Ayer, Sally decidió sacar $5 de la caja registradora de su trabajo. Ese día había realizado varias ventas en efectivo sin recibos. Ok, entonces $5 no es mucho, pero ¿qué representa y es realmente pecado? La mayoría de nosotros diríamos que es un pecado. Para mí, incluso tomar una moneda de cinco o diez centavos que no te pertenece es robar. Pero, ¿cómo se le perdona por esto? ¿Y se trata de borrar esta única acción, o se trata de la tendencia subyacente que causa el robo? ¿Y si ella ha hecho esto 100 veces? ¿Quizás lo está haciendo compulsivamente? Bueno, aparte de la psicología, el pecado es un gran problema y parece que todos nosotros luchamos con una forma u otra, ya sea robar, engañar, mentir, usar lenguaje profano o cualquier otro pecado.
¿Cómo se perdona a uno? ¿Y qué sucede con nuestros pecados pasados que han sido vencidos? ¿Siguen registrados en alguna parte? ¿Hay un gran libro negro en el Cielo que nos impedirá la Vida Eterna si no confesamos nuestros pecados? ¿Qué es la confesión de todos modos?
En el cristianismo, el proceso del perdón es más o menos carta blanca, vuelves a pecar y vas a la iglesia o te arrodillas y la sangre de Jesús te cubre. Esperas dejar de pecar, pero muchas personas siguen haciendo lo que desearían no haber hecho y algunos finalmente viven en negación, creyendo que el pecado “no es tan malo”. Entonces mi pregunta es, ¿cómo les ayudó la sangre?
En el judaísmo existe el concepto que se llama teshuvá, palabra hebrea para arrepentimiento, pero incluye hacer algo más que confesar un pecado, algo que te cuesta, exigiendo en el caso de robar, y esto está respaldado por instrucciones específicas en el Torá donde pagas al menos el doble por lo que has robado.
En el caso de romper el día de reposo incluso en una emergencia, me han dicho que ayunar o pasar tiempo sin hacer algo que a la persona le gusta hacer satisfará la necesidad causada por el pecado. Quizás esto pueda tomar el lugar del antiguo sistema de sacrificios y puedo estar de acuerdo con algo de esto porque, en aquel entonces, se ofrecía un sacrificio cuando una persona reconocía que había hecho algo malo. No bastaba con reconocer el pecado, también había que hacer un pago. Y hablando de sacrificio, como yo lo veo, no perdonó nada, pero hizo que el pecador viera lo que había hecho bajo una nueva luz y renunciara a un animal escogido del rebaño, ¡eso no fue barato!
¿Alguna vez has oído hablar de un frasco para groserias? Se usa esto mas en el ingles. Pero para explicar: las personas que quieren curarse de las palabrotas o el habito de decir groserias ponen dinero en un frasco o tarro cuando se equivocan. Hace que algunas personas piensen dos veces cuando van a usar blasfemias, especialmente después de perder dinero una y otra vez. Entonces, ¿es posible que el proceso de arrepentimiento tenga que doler para que no lo vuelvas a hacer tan fácilmente? Hay personas que se disciplinan para estar realmente a la altura, por así decirlo, o “tomar el toro por los cuernos” y vencer un pecado en particular. Las adicciones son un ejemplo de pecado repetitivo. Esta área, especialmente en el caso del abuso de sustancias, requiere la abstinencia completa de la sustancia para estar libre de ella. ¿Qué hay de perder los estribos y lastimar a los que están cerca de ti? ¿Cómo se supera eso? Tal vez renunciar a una cantidad de dinero o renunciar a un postre o unas vacaciones.
Para el mundo no judío, esto podría parecer lo que se conoce como “una religión de obras”. Hay un elemento de obras involucradas, pero ¿qué dice la Biblia? –(Uso el Tenakh o Antiguo Testamento) porque ahí es donde la ley y los profetas hablaron de tales cosas.
Entonces, ¿qué pasa con los antiguos sacrificios requeridos por la Torá? ¿Y qué hay de hoy cuando el sacrificio de animales ya no es posible? ¿Y estos sacrificios alguna vez sirvieron para limpiar la culpa de uno, o borrar los pecados?
Sal 40:6 “Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero abriste mis oídos; holocaustos y expiación no pediste.”
1Sa 15:22 “… ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y sacrificios, como en obedecer la voz de Jehová? He aquí, el obedecer es mejor que el sacrificio, y el prestar atención (escuchar) que la grasa de los carneros. ”
Los profetas posteriores hablaron de un cambio de corazón en lugar de la necesidad de sacrificio:
Jer. 25:5: “Volveos ahora cada uno de vuestro mal camino y de la maldad de vuestras obras, y habitad en la tierra que Jehová os ha dado a vosotros y a vuestros padres para siempre jamás;
Eze 18:30 Por tanto, yo os juzgaré, oh casa de Israel, a cada uno según sus caminos, dice YHVH Elohim. Arrepentíos, y convertíos de todas vuestras transgresiones; para que la iniquidad no sea vuestra ruina. 31 Echad fuera de vosotros todas vuestras transgresiones en que habéis transgredido; y os haga un corazón nuevo y un espíritu nuevo; porque ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?
¿Es posible que todo el sistema de sacrificios originalmente estuviera destinado a hacer que las personas reconocieran la gravedad de la desobediencia, al igual que el frasco de la maldición? ¿Tenían el propósito de volver el corazón de uno hacia la justicia y alejarlo del pecado? Además de la ceremonia que se realizó, el sacrificio llevó consigo el elemento de ver el sufrimiento de un animal por el pecado de uno y también la pérdida o riqueza personal
Creo que nunca se trató de ninguna expiación de sangre. Dios no se complace con la sangre de los animales más que con la sangre de los humanos.
Isa 1:11 “¿Para qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios?” Dice YHVH. “Estoy harto de los holocaustos de los carneros y de la grasa de las vacas cebadas. No me deleito en la sangre de los toros, ni de los corderos ni de las cabras”.
¿Qué pasa con nuestros pecados pasados? ¿Qué dice la Biblia acerca de ellos? ¿Nos acompañan por el resto de nuestras vidas como amarrados a nuestras espaldas hasta el juicio cuando se nos da algún tipo de castigo? O peor aún, ¿nos enviarán a un infierno ardiente? ¿Los cubriría un sacrificio de sangre? ¿O es nuestra confesión y alejarnos de ellos todo lo que se necesita?
Os 14:2 “Toma contigo palabras, y vuélvete a YHVH: dile: Quita toda iniquidad, y recíbenos con misericordia: así daremos las becerros de nuestros labios.”
Ezequiel 18:27 “Además, cuando el impío se aparte de la maldad que ha cometido, e hiciere lo que es lícito y recto, salvará su alma con vida. 28 Por cuanto él considera, y se aparta de todas sus transgresiones que ha cometido, ciertamente vivirá, no morirá.”
Bien, entonces, ¿qué significa lo que dice el profeta Ezequiel? Que lo que hiciste en el pasado es nulo y sin efecto si cambias tus formas. Tiene que haber un alejamiento, tiene que haber un cambio. Y cómo eso sucede incluye obtener un nuevo corazón y mente. Y lo que hace que esto no se trate de obras es lo siguiente:
Eze 36:26 “Os daré un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.”
Dios es quien nos da el nuevo corazón, pero tenemos que pedirlo y desearlo lo suficiente como para cambiar. No más justificación para el pecado: ¡se necesita un corazón quebrantado y la voluntad de cambiar!
Joe 2:13 “Y rasgad vuestro corazón, y no vuestras vestiduras, y convertíos a YHVH vuestro Elohim, porque él es clemente y misericordioso, tardo para la ira y grande en misericordia, y se arrepiente del mal.”
Pero más allá de esto, Dios se hace cargo en el campo de la disciplina. No todo depende de nosotros, después de todo, ¡somos sus hijos!
Pro 3:11: “Hijo mío, no menosprecies la disciplina de YHVH, ni te canses de su reprensión, 12 porque YHVH reprende al que ama, como el padre al hijo a quien quiere”.
¡La mejor evidencia del perdón de los pecados pasados de una persona es que ya no lo hace! Según Ezequiel 18, los pecados pasados solo se retienen contra nosotros si no cambiamos. Pero si el justo deja de ser justo, ninguna de sus buenas obras será recordada…
Vimos en Ezequiel 18 que las buenas obras de uno no se recuerdan cuando nos volvemos a hacer el mal y debemos recordar que tampoco se recuerdan nuestras malas obras pasadas si cambiamos por las buenas. ¿Qué hace Dios con los pecados que confesamos y abandonamos?
Isa 38:17 “He aquí, fue por mi bien que tuve gran amargura; pero por amor has librado mi vida del pozo de la destrucción, porque has echado todos mis pecados a tus espaldas.”
Sencillo, ¿no? Nuestro juicio se basa en quiénes somos ahora y en quiénes nos convertimos. ¿Qué pasa con las consecuencias de las cosas que hemos hecho, las decisiones que hemos tomado? Todos experimentamos consecuencias, si no lo hiciéramos, estaríamos muertos, y veo las consecuencias como causa y efecto, no como castigo. Incluso en la ciencia puramente secular, siempre habrá una reacción a cualquier acción (ver la tercera ley de Newton).
También está el ingenio acreditado a Albert Einstein:
“La locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”.
¡Así que seguimos tocando la estufa caliente pensando que no dolerá la próxima vez!
No es fácil para quien peca habitualmente vencer finalmente. En el caso de lastimar a otros, habrá daño a la relación así como a ambas partes. Muchas veces la familia y los amigos nunca perdonarán ni olvidarán. Lo más difícil que podemos enfrentar es la falta de perdón de las personas, pero Dios les da libre albedrío tal como nos lo da a nosotros.
El juicio no será sobre lo que hicimos en el pasado sino sobre lo que hacemos ahora y seguimos haciendo. Y la respuesta simple para vencer es que queremos vencer, confesamos y nos arrepentimos y LE PIDAMOS a Dios que nos dé un corazón nuevo. También incluye hacer buenas obras y enmendar la brecha que a menudo hemos hecho con los demás. Podría significar separarnos de conocidos que nos mantienen atrapados en ciertos malos comportamientos.
Ahora, ¿qué pasa con el pecado original del que tanto se habla? Los cristianos dicen que todos lo llevamos desde el nacimiento, y el judaísmo lo llama la inclinación al mal que Adán y Eva acogieron en el mundo cuando comieron del árbol prohibido, pero ¿de qué se trata todo esto y somos incapaces de vencer por eso? ¿Tiene algo que ver con el pecado generacional? ¿Somos juzgados por los pecados de nuestros padres?
Eze 18:20 “El alma que pecare, esa morirá. El hijo no llevará la iniquidad del padre, ni el padre llevará la iniquidad del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.”
Éxodo 20:5: “… Yo soy YHVH, Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen…”
Así que aquí vemos tendencias pecaminosas, cosas que obtenemos de nuestro ADN de nuestros padres, así como de nuestra crianza. ¿El pecado original? No en este caso. Adán y Eva eligieron el conocimiento del bien y del mal y nos lo transmitieron. Pero si resistimos la curiosidad de experimentar con el mal y más bien elegimos el bien, somos contados como sabios. La idea del pecado original lleva consigo la idea de pagar por algo que nunca hicimos. Un Dios justo no nos haría pagar por los pecados de nuestros padres, sólo si deseamos
repetirlos nosotros mismos. Es todo un asunto personal. Cada uno es juzgado por su propio comportamiento. ¿Bien?
Sal 37:27 “Apartaos del mal, y haced el bien; y habita para siempre.”
Job 28:28 “Y dijo al hombre: He aquí, el temor de Jehová, eso es sabiduría; y apartarse del mal es entendimiento.”
No existe tal cosa como cargar con la culpa por aquello con lo que nacemos. La tendencia no es algo que nos acumule culpa, aunque es cierto que estas tendencias hacen que la vida sea más difícil, pero nuestro Padre Celestial tiene suficiente misericordia para tratar con nosotros, para reprendernos y disciplinarnos hasta que aprendamos. No todo está sobre nuestros hombros para vencer el pecado, el Creador mismo está haciendo su recreación al formarnos a su imagen. Así que nos corresponde conectarnos con Él y confiar y luchar juntos con Su poder divino para conquistar lo que está mal en nosotros.
Job 23:10: “Pero él conoce el camino que yo tomo; cuando me haya probado, saldré como el oro. 11 Mis pies han seguido de cerca sus pasos; He seguido su camino sin desviarme. 12 No me he apartado de los mandamientos de sus labios; He atesorado las palabras de su boca más que el pan de cada día”.
¡Aleluya! ¡Podemos hacer esto!
Ariella Tiqvah,
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